Colorido cementerio en La Rinconada |
Para los pueblos originarios de América la muerte al igual que la vida
era la continuación de un mismo ciclo natural. El alma, ser o espíritu
trasuntaban espacios simbólicos concretos bien diferenciados y con entidad
propia. Es así como -por ejemplo- en la cultura Toba, cuando una mujer no puede
quedar embarazada acude a un Piogonak (curandero o médico tradicional) que puede
hablar con Nogotolek Lta, el Rey de los Niños que aun no han nacido y esperan
ser engendrados. Pero la muerte y el nacimiento no era concebida como el final
o principio de esa persona, sino como el cambio de un estado a otro. Esto no
eximía por supuesto, de la nostalgia y la alegría por la presencia física y de aquellos
rituales-acompañamientos a esos nuevos estados. En el micro de hoy les
ofrecemos algunos testimonios que, sin subestimar la complejidad del asunto
debido al sincretismo cultural, nos sugieren huellas de aquellas costumbres.
ID: T3-M42
Fecha
de emisión: 12-10-2012
Nombre: La muerte justito después de la vida.
Formato: MP3
Duración: 2´21´´
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