“Mi mamá siempre nos decía; Hay que dar sin
recordar y recibir sin olvidar. Y cuando usted dé, tiene que hacerlo
siempre con la mano izquierda, porque es la que viene del lado del
corazón”
Martina
Etelvina Loyola. Tuclame, Mayo del 2012
El mayor privilegio (y a la vez
responsabilidad) de quienes nos dedicamos a la recopilación de Tradiciones
Orales, es no solo ser depositarios de antiguos conocimientos y saberes,
sino también, de valores humanos que fueron hasta no hace mucho tiempo, base de
una convivencia comunitaria y genuina generalizada en todo el mundo rural. Esos
tiempos, esa manera de vivir, compartir y estar en el mundo (ser parte del
paisaje y no contra el) es fuente de profunda nostalgia para quienes
lo vivieron. Pero también, enseñanza y esperanza para las nuevas
generaciones. Una de las características de la oralidad, es que se conecta con
el pasado para trasladar la carga emocional al presente, osea, en el mismo
instante que el recuerdo se hace palabra, a uno le llega el mensaje-experiencia
desde el tiempo e´ñaupa y se emociona. Así nos pasó con Martina Etelvina Loyola
(96 años, Tuclame) quien nos regaló un recuerdo cargado de sentido y
sentimientos, un recuerdo con necesidad de decirse para señalar un camino.
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